martes, 14 de agosto de 2012

LA ÚLTIMA PALABRA


«El hombre, sueco o finlandés, no hablaba español…», fue lo
último que leyó el viejo decano Michael Berng, antes de caer desplomado.




           




           Un grito de terror se elevó en la sala de butacas. Los que compartían con él aquel escenario, vieron que ya era demasiado tarde; sus ojos entreabiertos, delataban a la muerte. Su esposa, de pié en un palco, se llevó las manos a la cara, y comenzó a balbucear al aire.


           Se cubrió al difunto, a la espera de la autoridad judicial; el moderador del acto intentaba, en vano, tranquilizar al público.  Uno de los presentes recogió El Aleph del suelo, lo abrió por donde se iba leyendo, y observó que en el margen de la página, junto a la palabra «español», alguien había anotado: «TÚ, SíN».

          La Fundación Nobel suspendió el homenaje que, como desagravio a la figura de Borges, se estaba celebrando en ese teatro. 

          La policía requisó el libro, sin obtener huella alguna, salvo las del finado. Su mujer, los amigos, y algunos colegas de la Academia Sueca de la Lengua, fueron interrogados; no se aportó pista alguna, que ayudara a resolver aquel suceso.



          Calígrafos periciales estudiaron la letra, en especial la «í», no sacando nada en claro; doctos en lengua española analizaron la misteriosa unión del adverbio afirmativo («sí») y la preposición («sin») pero, también, se dieron por vencido. Con el tiempo, esta acotación dejó de ser relevante, a fin de cuenta, la podía haber añadido el mismo señor Berng, experto conocedor el idioma castellano.



          Se archivó el caso, concluyendo que el ictus había sido fortuito; el académico había fallecido de causa natural, a su débil corazón le llegó la hora, y se paró.

  

      ...

           Una mañana, un sobre llegó a la Comisaría Central de Estocolmo; escrito a máquina, traía como remitente al desaparecido Jorge Luis Borges. De su interior, salió una solitaria tarjeta de identificación del SIN, el Servicio de Inteligencia Naval, fuerza que ejerció la represión durante la década de los 70, en el régimen dictatorial argentino.

                   
  

            Aquella era la acreditación de un teniente de navío, de nombre «Juan Miguel Iturbe Bernaggi». La foto que incluía, mostraba lo benévolo que fueron los años con Michael Berng.

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