jueves, 12 de julio de 2012

CATARATAS DE SECANO


         –He terminado unas cortas vacaciones que han tenido como protagonistas a unas cataratas.

VOZ EN OFF: ¿En el Iguazú? ¿Quizás en el Niágara?

         –No, en Badajoz.

VOZ EN OFF: ¿El río Guadiana tiene cataratas?



         –¡El Guadiana cómo va a tener cataratas! ¡Me refiero al impedimento ocular!

VOZ EN OFF: ¡Puñetas, dilo!

          –Me explicaré. Recientemente, mi padre se ha operado de este problema a muchos kilómetros del lugar donde sobrevive al tórrido verano, y para no estar con el “circo ambulante” que supone trasladar a dos perros, y a Lucifer con cuerpo de gato (recuerden el final de Fallen) de un lado para otro, me fui al ...


VOZ EN OFF: ¡Al grano!


          –Bueno, una mañana, paseando a los dos cánidos, pensé en lo paradójico de mi situación:
mientras los médicos “chapoteaban” en el ojo de mi progenitor, yo atravesaba un desértico paraje.



VOZ EN OFF: ¡Qué exagerado! ¡Ni que aquello fuese la luna!
  


          –Casi, más que por lo seco, por la poca presencia humana, aunque con los malos tiempos que corren, la población de los pueblos, al menos en esta época, se incrementa bastante.



  
VOZ EN OFF: Si creciera el censo en esas zonas, las autoridades tendrían que aumentarles el suministro de agua, ¿no?


           –No había caído en eso. Me imagino que se lo deben de estar planteando.



VOZ EN OFF: Viendo que la situación empeora en las grandes ciudades, van a necesitar, los núcleos rurales, una gran cantidad del líquido elemento.

           –Quien sabe, al igual, de aquí a nada, termino veraneando en…
¡las cataratas de Badajoz! 

VOZ EN OFF: ...más bien, viviendo.  

    

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