domingo, 30 de diciembre de 2012

DOCE CASTAÑAS MÁS UNA




       Acabar el año haciendo fotos, y comiendo castañas, no es mala idea; hacer ambas cosas en una misma tarde, un sublime placer. 
      
  Cámara en mano, suelo perderme por la ciudad a la caza de imágenes; algunas de ellas terminan acompañando a mis relatos. 

       Las que tomé, paseando ese día, imaginarán esta última publicación del mes de diciembre.
  


  
          Un paseo viene a ser como un año en la vida, algo más que una sucesión de calles, de estaciones. Una caminata vital conforma un abanico de momentos, de buenas sensaciones, de penalidades, de personas, de recuerdos.



      













       Un tránsito en el que no se anota nada en la cámara de la memoria, debe ser penoso; pasar desapercibido a la vida, una tragedia. Como la de esos turistas que deambulan ignorando un estupendo mosaico, o fotografiando su propio existencia.




      
        Sin lugar a duda, lo peor que te puede pasar, mientras sobrevuelas el calendario, no es perder algo, el tiempo, sino a alguien, a un ser querido; las heridas del corazón tienen difícil cura, y no siempre la distancia es el olvido.
      



   
          Cuando algo se presenta tan concentrado como lo está el casco histórico de Sevilla, o como ese suspiro de tiempo que finaliza en la Nochevieja, circular por un espacio así de reducido, puede hacernos creer que apenas abandonamos el punto de partida. Se podría decir que nos cimbreamos en la rosa de los vientos, asentados en el pasado, y con la cabeza perdida en el futuro.



      
          A estas alturas, poco recuerdo de los planes que hice antes de salir de casa, o de los propósitos que juré realizar en este recorrido solar que ahora acaba; posiblemente en mi próxima salida, en la nueva órbita, vuelva a proyectar los mismos castillos en el aire.





          Con la edad, a los días les van creciendo las alas, y pasan volando cada vez a mayor velocidad; levantan el vuelo antes de que nos demos cuenta. Y esa tarde se perdió en el aire como lo haría una huidiza paloma. 








                Pronto, se bajará la persiana a doce meses de vivencias; un simple paseo anual , para algunos, y una bonita experiencia, para otros.




          ¿Cómo asomará el nuevo año?




          Pues, posiblemente, lo haga cargado de propósitos. Despuntará ebrio de anhelos, de esperanzas en el soñado camino que se inicia. 

 
          Solo hay que desear que esos sueños se cumplan, en mayor o menor medida, y que si vienen en forma de pesadillas, queden depositadas en un postergado rincón.







              Ojalá, que al final de todo este trayecto, la colección de postales sean las que estábamos buscando, y que esos instantes sean inolvidables.










           Queda esperar que salgan a nuestro paso, aquellas vivencias que iluminen nuestro andar, nos alegren el cuerpo, y alimenten el alma.










          Y, hablando de alimentar, ahora vendrían bien unas castañas.






       –¿Me pone un cartuchito?

     –... diez, once y doce, aquí tiene –respondió la castañera.

     –¿Doce? –pregunté extrañado mientras pagaba.

     –Una, por cada año; 2012, doce castañas.

     –¡Tendré que traer un saco para el 2020! –exclamé.

     –Traiga lo que quieras, para entonces me habrá tocado la lotería, y no estaré aquí.



           Tras las risas, la dejé en su ilusión, y me fui.




          Rebuscando en el calentito, y algo tiznado cucurucho, me adentré en la noche pensando que podría volver, tras las uvas «campaniles», a por castañas, a por doce castañas más una. 

          Estoy convencido de que comenzar el año haciendo fotos, y comiendo castañas, tampoco sería mala idea.







 

Feliz

castaña nueva


FELIZ
AÑO NUEVO








11 comentarios:

  1. No has podido despedir mejor el penúltimo día del año mi simpático amigo..es un post maravillosamente encantador de verdad....

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Mari Leo.
    Ojalá los buenos propósitos del relato se vean cumplido en tu persona, y en la de tus seres queridos.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Precioso y emotivo relato,este que despide el año.....Preciosas fotos y nada tendria mas placer,queridoAntonio...que comenzar el año venidero,comiendo castañas juntos,por la sendera de los recuerdos y la amistad.Bicos

    ResponderEliminar
  4. Las doce más una que me coma, irán a tu salud, y la de los tuyos, Montse. Me ha alegrado mucho tu comentario. espero que el nuevo año os traiga felicidad; yo te pondré mi granito de arena con los relatos. Besos, mil.

    ResponderEliminar
  5. Genial! Ya lo sabes! Fotos espléndidas. Texto emotivo y que hace reflexionar.... Sonriele a la vida y la vida te sonreirá!!! Feliz castaña nueva!!

    ResponderEliminar
  6. Gracias, Elena. Me alegra que te haya gustado, que te haya hecho reflexionar, y si te he robado una sonrisa, me doy por satisfecho.
    ¿Has despedido el año con 12 castañas, alguna vez? jejeje!

    ResponderEliminar
  7. ME HA TOCADO MI CORAZÓN, NO TE IMAGINAS,CUÁNTO!!EN CONJUNTO CON LAS FOTOS....SOY SENSIBLE Y ME DEJE LLEVAR POR TU RELATO ESTABA AHÍ ERA OBSERVADORA DE LOS SUCESOS..ME VOLÉ.... SE ME HIZO UN NUDO EN LA GARGANTA,,,ME EMOCIONÉ , QUE GRAN RAZÓN ..EL SER HUMANO DESAPERCIBIDO EN EL MUNDO,,,PENSÉ,,,LAS CASTAÑAS SON CÁLIDAS ...ANTONIO ME HAZ HECHO LLORAR DE ALEGRÍA ME MIRÉ Y DIJE TANTO TENGO.... ME TENGO A MÍ MISMA EMPEZANDO.... DEMASIADO BONITO,,,TÉRMINO LLORANDO,,GRACIAS, TE FELICITO POR DARME UNA SENSACIÓN DE AGRADECIMIENTO A LA VIDA. UN GRAN ABRAZO Y UN BESO GRACIAS

    ResponderEliminar
  8. Ahora el que está emocionado, soy yo.
    Que llegue a conmover un relato es lo más bonito que le puede ocurrir a alguien que escriba. Cuando me pongo delante del teclado, no sé muchas veces lo que va a salir de mi imaginación; voy contando, y la historia se va desarrollando en mi cabeza siguiendo una luz, la de formar una historia que sea fácil de imaginar, y guste.
    La intención al escribir, sobre todas las cosas, es que anime a la gente en unos tiempos en los que parece que está prohibido ser feliz con lo poco se tiene, aunque sea con un relato.
    Te doy de nuevo las gracias, de todo corazón, por tu visita, y tu lindo comentario.
    Un cálido abrazo, y un enorme beso, Rosario.

    ResponderEliminar
  9. Este relato me ha gustado pero que un montón....con sus fotos. He vivido ese paseo y además me siento identificada con la compañía de la cámara y los pensamientos al mismo tiempo. Muy bonito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que alguien que fotografía, y que plasma la esencia de la vida mediante la poesía, como lo haces tú, me dirija este comentario hace que la palabra "gratitud" se quede corta a la hora de mostrar el agradecimiento por tu escrito.

      Eliminar