domingo, 14 de octubre de 2012

SOMBRAS EN MOVIMIENTO



            Le sobraba una hora, y decidió darse un garbeo por Avilés. Había oído hablar del Centro Niemeyer, y hacia él se encaminó.

          Estuvo paseando alrededor de los edificios que lo conforman, y descubrió que uno de ellos, la cúpula, albergaba una exposición: Geometría del espacio, de Herminio; «podría ser interesante, igual hasta me dejan sacar fotos», pensó.

  
          La primera impresión que tuvo fue de recogimiento. La penumbra, el silencio y la colosal bóveda, le recordó la sensación que experimentaba cada vez que accedía a la catedral gótica de su ciudad.



        
          Supo que permitían utilizar la cámara, y se puso a ello.


 




         Sus conocimientos en arte moderno quedaron en Picasso, por lo que prestó más importancia a realizar una buena fotografía que a disfrutar de lo que tenía por delante.






          Algo le llamó la atención: el movimiento que algunas figuras ejercían. Esa particularidad proyectaba unas sombras en continua transformación. Aquel hallazgo le dejó fascinado, disparando fotos cada vez menos.


             
 


          No sabía exactamente qué le atrapaba de aquello, quizás la poca luz, las simétricas figuras, el transitar de las mismas, o tal vez la fusión de estos elementos, lo cierto era que le tenía hipnotizado.

           Una unión en perpetuo cambio, en continuo viraje, como el que padecía su vida, que, de unos años para acá, mutaba en permanente zozobra.


          Ese enorme teatro de sombras en el que se habían convertido las esculturas de Herminio, lo estaba zarandeando.



          El núcleo de la exposición lo componían obras de gran tamaño que, a modo de arboleda metálica, dejaban paso a una incitante escalera de caracol; subió por ella, para continuar la visita.



         









         Con él,  ascendieron los oscuros pensamientos que no cesaban de martillearle la conciencia, hasta el punto de creer haberse vuelto loco cuando comenzó a oir voces. No podía ser, ¿tantas vueltas le estaba dando a su convulso pasado, y al desorientado presente?
 






 













          Vio a una pareja al fondo de este segundo nivel, percatándose que eran ellos lo que hablaban, y la reflexión, la autora de que los oyese como si estuvieran a su lado; se calmó, esbozando una sonrisa.


          Este suceso no le hizo olvidar aquello que le rondaba desde hacía un buen rato: su movimiento en el espacio vital que le había tocado en suerte. Quizás esas voces fuesen parte de la solución, tal vez daba demasiada importancia a lo que le dictaban sus apreciaciones, y no profundizaba más allá.






          Percepción y certeza, sombra y figura, dualidades que le habían acompañado desde niño, proyectando su existencia en erráticas direcciones; nunca hizo oidos sordo a los cantos de sirena. Despertar de una quimera había sido origen de numerosas frustraciones.





           No  podía  creer  que  la  hora  hubiese  pasado  tan  rápida.
Se  dirigió  a  la  salida  de  aquella  gigantesca  caverna  donde
le esperaba  «su» realidad, ¿o  tal  vez  le  aguardase  la  «verdadera»  realidad?  El tiempo y él,  tendrían que decidirlo.



                                                                                                                       a Rene Alexandra,
                                                                                                                       por SU SANA crítica,
                                                                                                                       y su platónica risa

3 comentarios:

  1. Me alegra que te gustase, Begoña. Espero que sigas visitando el blog, cada vez que lo desees.

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  2. Dios¡¡¡Pero si me has adentrado tanto a tus sensaciones,que me las has transmitido a mi..
    Y las imágenes son fantásticas...que sería si no existiria la luz y las sombras???
    Y dices que fué solo una hora???
    Pués has relatadado casi una vida.O será que yo he recorrido la mía???
    Sea lo que sea,GRACIAS¡¡por tan fastinante casi NOVELA
    Besos¡¡¡¡.

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