miércoles, 30 de mayo de 2012

LA ISLA DE LAS TÓRTOLAS


     Algo me distrajo de lo que estaba haciendo. Era difícil concentrarse con aquel repetitivo "tu-tuuu..., tu-tuuu..." ¿Qué era eso tan seguido? Provenía de muy cerca. ¿Palomas? Lo que me faltaba, un nido en la cornisa del bloque, y ese cántico a todas horas. Subí a la azotea, y nada, no se veía ningún pájaro, ¡y se seguía oyendo a uno!